Las Escrituras enseñan que solamente los que son miembros de la iglesia de Jesucristo serán salvos. La iglesia se llama “el cuerpo” de Cristo (Colosenses 1:18; Efesios 1:22‑23). Cuando el Señor vuelva, él salvará solamente a aquellos en el “cuerpo”: “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador (Efesios 5:23).
Ya que Jesús solamente salvará a su “cuerpo”, o “iglesia” cuando vuelve otra vez, es importante examinarnos para estar seguros de que estemos en la iglesia correcta (2 Corintios 13:5). ¿Es el cuerpo (organización) religioso del cual usted es miembro, la “iglesia de Cristo”? ¿Es propiedad de Cristo? ¿Es ella la iglesia de Cristo?
Identificando la Iglesia del Señor
Se ha dicho que una iglesia que lleva el nombre equivocado, la doctrina equivocada, y la práctica equivocada no puede terminar siendo la iglesia correcta. Esta declaración es innegable en sí. Para ser la iglesia correcta, ésta tiene que llevar (1) el nombre correcto, (2) la doctrina correcta, y (3) la práctica correcta. Investiguemos lo que las escrituras enseñan acerca de estas tres cosas.
El Nombre Correcto
Algunos están sorprendidos en saber que la iglesia del Nuevo Testamento no tenía un nombre específico. Sin embargo, se refería a la iglesia del Señor en diferentes maneras. Fue llamada simplemente “la iglesia” (Efesios 3:21). También fue llamada “el cuerpo” (Colosenses 1:18), la “iglesia del Señor” (Hechos 20:28), la “congregación de los primogénitos” (Hebreos 12:23), “iglesias de Cristo” (Romanos 16:16), y la “casa de Dios” (1 Timoteo 3:15). Observe que cada uno de estos títulos describe la iglesia. Cada título denota posesión o en alguna forma da gloria a Jesucristo quien dio su vida en sacrificio por la iglesia (Efesios 5:25).
En el libro de Efesios, Pablo describe la iglesia como la novia de Cristo: “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:23‑25).
Todos sabemos lo que sucede al nombre de la mujer cuando ella se casa. Ella empieza a llevar el nombre del esposo. ¡Imagínese qué insultado se sentiría un hombre si su esposa decidiera llevar el nombre de otro hombre en vez del nombre de su esposo! ¿No insulta también a nuestro Señor cuando su iglesia lleva nombres hechos por hombres? Seguramente honramos a Cristo al llevar el nombre “iglesia de Cristo”, u otro título encontrado en la Biblia. Llamemos “cosas bíblicas con nombres bíblicos”. ¿Puede hallar el nombre de su iglesia en el Nuevo Testamento?
La Doctrina Correcta
Existen muchas falsas doctrinas en el mundo religioso (Colosenses 2:8; Mateo 15:9). Obviamente, no podemos hablar de todas en un artículo tan pequeño como este. Pero, ¿qué enseñó la iglesia del Señor que hiciera la multitud para ser salva? Escuchemos a Pedro en el día de Pentecostés: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38). Muchas iglesias hoy enseñan que los pecadores son salvos ANTES de ser bautizados. Sin embargo, la Biblia enseña claramente que el bautismo es “para perdón de los pecados”. Otros pasajes dicen que el bautismo “lava los pecados” y “nos salva” (Hechos 22:16; 1 Pedro 3:21).
¿Qué fue la norma de autoridad en la iglesia del Nuevo Testamento? La Biblia enseña que la iglesia del Señor consideraba el Nuevo Testamento su norma de autoridad (2 Corintios 3:6; Hebreos 8:6‑13). Aunque la “iglesia de Cristo” leía y aprendía de las Escrituras del Antiguo Testamento, ellos enseñaban que las leyes antiguas ya no son para nosotros, incluyendo el día de reposo (Colosenses 2:14‑16; Hebreos 9:16‑17).
¿Qué enseñaba la iglesia del Señor acerca de la división religiosa? Algunos ahora hablan de la división como si fuera buena; dan gracias de poder escoger su propio estilo de adoración y doctrina. La “iglesia de Cristo” enseñó que la división religiosa era pecado (1 Corintios 1:10‑11; 3:3‑4). Jesús mismo enseñó que era mala la división: “Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer” (Marcos 3:24‑25). La “iglesia de Jesucristo” no puede simplemente unirse con cuerpos y doctrinas religiosas de hombres. Dios manda que la iglesia permanezca separada de tales cosas: “Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso” (2 Corintios 6:17‑18).
Cuando la gente ya no enseña la misma doctrina que enseñó Jesús, ellos ya no tienen a Dios con ellos (2 Juan 9‑10) y son culpables de causar división en “el cuerpo” de Cristo (Romanos 16:17‑18; Proverbios 6:16‑19).
La Práctica Correcta
Las prácticas de la “iglesia de Cristo” original fueron sencillas, y a la vez glorificaban a Dios. Una cosa que la iglesia practicó fue reunirse CADA primera día de la semana (domingo) para comer la “cena del Señor” (Hechos 20:7). Ellos siguieron el patrón que les dio el Señor mismo (1 Corintios 11:2,23,24). Aunque esto es evidente, la mayoría de las iglesias hoy, no practican esto. Algunos celebran la cena del Señor mensualmente, otros trimestralmente, otros anualmente, y algunos no la celebran en absoluto.
En la iglesia primitiva las mujeres aprendían en silencio (1 Timoteo 2:11‑14) y no les era permitido hablar ni hacer preguntas en los cultos públicos de adoración (1 Corintios 14:34‑35). Estos eran mandamientos del Señor (1 Corintios 14:37) que se enseñaban en toda congregación del primer siglo (1 Corintios 4:17). Sin embargo, oímos de iglesias hoy, que no solamente permiten que la mujer hable y haga preguntas, ¡sino aun haciéndolas predicadores!
La “iglesia de Cristo” mencionada en la Biblia cantaba alabanzas a Dios sin el acompañamiento de instrumentos mecánicos. Su música era cantar únicamente (Efesios 5:19; Hebreos 13:5) y no se atrevían a cambiar el patrón (Hebreos 8:5). Sin embargo, la mayoría de los cuerpos religiosos hoy tienen instrumentos mecánicos a pesar del hecho que nos es prohibido añadir a la palabra de Dios (Apocalipsis 22:18‑19).
La “iglesia de Cristo” en la Biblia tenía una sola ofrenda el primer día de la semana para santos necesitados (1 Corintios 16:1‑2). Ellos no tenían una ofrenda en ningún otro tiempo. Sin embargo, las iglesias de hoy a menudo hacen una ofrenda cada vez que se reúnen para adorar. No hay autoridad para esta práctica.
Todo lo que la iglesia enseña y practica tiene que ser hecho “en el nombre” de Jesucristo; es decir, todo tiene que ser hecho con su autoridad. “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Colosenses 3:17). No toda iglesia es la “iglesia de Cristo”. La mayoría fueron iniciadas por un hombre dentro de los últimos pocos siglos; algunas han comenzado dentro de nuestro propio tiempo de vida. Prestemos atención a las Escrituras que dicen: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican” (Salmos 127:1).
Nos alegraríamos estudiar estas cosas en más detalle con usted. Por favor escribanos si le podemos servir y por favor visite nuestro servicio de adoración en cualquier ocasión.
Elaborado por George Battey
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